Read original article by Bill Freese from the Center for Food Safety here
Los que promueven los transgénicos dicen que estos cultivos pueden COEXISTIR con otros cultivos tradicionales sin ponerlos en riesgo, sin embargo un nuevo estudio realizado por los mismos científicos de la USDA (siglas en inglés del Departamento de Agricultura de los Estados Unidos) corrobora que esto NO es verdad. Aquí un resumen:
El nuevo estudio muestra que la alfalfa GM (genéticamente modificada o transgénica) se ha propagado demasiado en el oeste, lo que explica porque esta contaminación le ha costado millones de dólares a agricultores y exportadores de alfalfa tradicional. El principio de coexistencia por el que se defiende a los transgénicos entonces carece de validez.
La alfalfa GM estudiada es la alfalfa de Monsanto lista (dependiente) para Roundup el herbicida que comercializa la misma compañía.
Entre el 2011 y el 2012, Stephanie Greene y su equipo todos miembros de USDA han encontrado alfalfa silvestre contaminada con genes de la alfalfa GM en las vías de tres áreas de cultivo de alfalfa: California, Idaho y Washington. La alfalfa es una planta cuyo cultivo persiste por años donde se siembre. Greene y colegas estudiaron las plantas colectadas y encontraron que un 27% de ellas contenían alfalfa GM, o sea que arrojaron tener el gene de la alfalfa lista para el Roundup. Se cree que las semillas llegaron a las vías cuando se cayeron durante su transporte, pero se ha encontrado clara evidencia de que han sido polinizadas por las abejas que se sabe pueden polinizar plantas a muchas millas de distancia. |Esto sugiere que las plantas GM pueden potencialmente contaminar campos cercanos, lo que coincide con otros casos.
En el 2013 la alfalfa tradicional de un agricultor del estado de Washington fue rechazada por un comprador porque una prueba revelo estar contaminada con el gene de la alfalfa lista para el Roundup. En el 2014, China rechazo varios envíos de alfalfa de Estados Unidos por la misma razón. China tiene cero tolerancia para la alfalfa GM. Esto hizo que el precio de la alfalfa cayera, los exportadores perdieron millones. Nunca se supo cómo es que la alfalfa tradicional se contaminó. Otra posible explicación es que se podía haber mezclado con la alfalfa GM durante la cosecha o almacenamiento.
Pero este nuevo estudio es significativo porque el área destinada a la alfalfa GM que se produce es mínima. Apenas el 1% en el 2006. Incluso se prohibió la expansión del cultivo de alfalfa GM en el 2007, dejando solo lo que ya había. La alfalfa por lo general se cultiva en un lapso de 5 años. Como este estudio ha sido conducido apenas pocos meses después de que la alfalfa GM fue aprobada nuevamente en el 2011, la alfalfa contaminada detectada proviene del cultivo de la alfalfa GM sembrada entre el 2005 y el 2006. Hoy se siembra más alfalfa, la misma Monsanto dice que un 30% de las semillas de alfalfa que vende es GM.
Lo importante de este estudio es que corrobora el riesgo de contaminación que ya se advertía desde hace 6 años. En el 2009, la evidencia presentada por Phillip Geertson de que ya había alfalfa contaminada con alfalfa GM en Idaho y Oregón fue ignorada. Peor aún, la USDA ignora esta y otras evidencias de contaminación cuando realiza su Declaración de Impacto al Medio Ambiente que se usa para aprobar la alfalfa GM.
El principio de coexistencia entonces carece de validez, ya se ha visto las pérdidas de billones de dólares en países como Brazil. Incluso pone en evidencia lo absurdo de Estados Unidos que, siendo el productor líder en maíz y soya GMs, tenga que importar maíz y soya orgánica de Rumania e India. Es justamente el miedo a la contaminación lo que aumenta la demanda de alimentos orgánicos.
En algunos lugares los ciudadanos están demandando acciones con la ayuda del Centro por Seguridad Alimentaria (CFS, siglas en inglés). Por ejemplo en el 2014, en el condado de Jackson, Oregón se aprobó una ley que prohíbe el cultivo de transgénicos, incluso hasta se defendió a los agricultores de cultivos tradicionales que fueron enjuiciados por otros agricultores que servían a la industria de transgénicos. Hoy CFS ha ayudado a crear “zonas libres de transgénicos” en por lo menos otros 7 condados en California, Washington, Hawaii y otro condado más de Oregón. CFS está apoyando otra legislación introducida en noviembre pasado en el condado de Costilla en Colorado para establecer otra zona libre de transgénicos y para proteger sus cultivos locales de la contaminación transgénica.