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La exposición a diversas sustancias químicas está asociada a diversos problemas de salud que incluyen diabetes, enfermedades cardiovasculares y obesidad. Así lo demuestra este estudio publicado el pasado Septiembre, aquí un resumen:
Según el estudio publicado por la Sociedad Endocrina, aún minúsculas dosis de sustancias químicas pueden interferir con la actividad natural de las hormonas que a la vez son claves para regular la fisiología y el comportamiento. La industria está furiosa por esta revelación.
El estudio condensa 1300 estudios realizados en interruptores o disruptores endocrinos, los científicos están cada vez más seguros de que estas sustancias están relacionadas a enfermedades que incluyen problemas reproductivos y de desarrollo, daños a la tiroides, algunos canceres reproductivos y problemas del desarrollo neuronal como bajo índice de inteligencia. Los estudios sugieren que esas asociaciones pueden extenderse a problemas del corazón y de peso, según reporte de la principal autora Dra. Andrea C. Gore, profesora de farmacología y toxicología de la Universidad de Texas, Austin. Hasta hace unos seis años no habían tantos buenos estudios con tan clara evidencia.
Algunos toxicólogos y la industria discrepan acerca de los efectos que puedan tener dosis mínimas de disruptores endocrinos, la mayoría de estudios en animales usualmente muestra efectos porque son sometidos a altas dosis de esas sustancias. Críticos de este nuevo reporte dicen que aún no es claro qué significa para un disruptor endocrino causar un “efecto adverso”. Este nuevo reporte “ofrece resultados muy generales que no confirman la relación entre algunas sustancias químicas y la enfermedad”, dijo el Consejo Americano de Química, el grupo que representa la industria, y argumenta que entidades como la EPA (siglas en inglés de la Agencia de Protección del Medio Ambiente) no ratifican si mínimas dosis de estos disruptores endocrinos causan realmente efectos, incluso argumenta que no clarifica si un químico causa un efecto adverso o si simplemente muestra una actividad endocrina.
El consejo ha iniciado una revisión retroactiva que indique si las prácticas de la EPA realmente capturan efectos en bajas dosis. La Dra. Gore rechaza este argumento, indicando que algunos toxicólogos asumen, en estudios con animales, que los efectos son a corto plazo pues realmente tardan años y hasta décadas en manifestarse en humanos, meses en animales. Es imposible saber qué enfermedad específica se podría inducir en animales cuando se empieza un estudio, eso ya debería ser claro para los toxicólogos.
El documento de la Sociedad Endocrina enfatiza que existe amplia información acerca de sustancias químicas como el bisfenol A (BPA), eftalatos, y contaminantes orgánicos persistentes como los éteres policlorinados bifenilos que resisten el fuego. Pero los efectos endocrinos de la mayoría de químicos que se despiden en el medio ambiente nunca han sido estudiados. Incluso cuando se prueba la toxicidad de algunas de las sustancias son reemplazadas por otras que también pueden ser disruptores endocrinos. En conclusión existe la imperiosa necesidad de que estas sustancias químicas se estudien antes de que salgan al mercado para educar al público y a las entidades gubernamentales acerca de los efectos y prevenir la exposición. Ahora se están usando nuevos métodos de prueba que pueden ayudar a identificar, entre los miles de químicos, cuales ofrecen más peligros en cuanto a disrupción endocrina.
La Sociedad Endocrina hace un llamado para solventar estos estudios por los enormes beneficios que pueden ofrecer. Recomienda por ejemplo estudiar a los receptores hormonales, proteínas que reciben señales químicas de las hormonas, para ver cómo es que se afectan por los interruptores endocrinos. Investigaciones futuras pueden incluso estudiar respuestas especificas según el género y los efectos de la mezcla de múltiples disruptores endocrinos.