Read original version by Eric Lipton from the New York Times web here. This article has been published on paper on Sep 6, 2015
Ejecutivos de Monsanto, la multinacional agrícola de semillas y cultivos GM (genéticamente modificados o transgénicos), preocupados por defender sus cuestionados productos “compran la “opinión” de científicos. La industria de alimentos orgánicos también contra ataca. Esto ha originado una guerra de conflicto de intereses, Así lo revela este extenso artículo del New York Times, aquí un resumen:
“Profesores, investigadores, científicos, son importantes en este debate y apoyo en sus estados, desde políticos hasta productores, Buen trabajo!!”, e-mail de Bill Mashek, vicepresidente de Ketchum la firma de relaciones públicas de la industria biotecnológica, dirigido a un Profesor de la Universidad de Florida. Por décadas, las corporaciones proveen dinero para investigación a las universidades, pero el debate relacionado a los alimentos de bioingeniería se ha convertido en una guerra de un billón de dólares!. Compañías como Monsanto han atacado a firmas como Stonyfield Farms, (compañía de yogurt orgánico). Ambas han reclutado investigadores académicos en esta guerra según records de emails obtenidos. Dr. Kevin Folta jefe del departamento de Ciencias Horticulturales de la Universidad de Florida es uno de los “empleados” en este debate. Emails de una elite de cientificos defensores y poderosos proveen un reporte detallado de estrategias y tácticas del lobismo en favor de los “transgénicos”. También existe reclutamiento en la industria de “orgánicos”, lo que explica la confusion del común consumidor.
La guerra se intensifica ahora que el Senado prepara legislación a favor de la industria para adoptar prohibicion estatal a revelar si los alimentos producidos contienen ingredientes GM. “Expertos” académicos han mediado en el Departamento de Agricultura en defensa de la industria. Charla Lord, de Monsanto dice que su compañía ha creado alianzas con cientificos “no solo para la credibilidad del publico consumidor, también para los legisladores”. Algunos academicos que han aceptado “fondos” o “viajes” en defensa de la industria ahora se arrepienten de haberse involucrado en esta guerra.
“Si uno se junta mucho tiempo con zorrillos, uno empieza a apestar” dijo Charles M. Benbrook, quien hasta hace poco trabajaba en la Universidad Estatal de Washington. La industria de alimentos orgánicos ha pagado sus investigaciones y sus viajes a Washington para promover el etiquetado de ingredientes transgénicos.
La industria biotecnológica ha publicado docenas de articulos firmados por academicos prominentes que, en algunos casos fueron escritos por consultantes de la industria. Monsanto y colegas han pagado a científicos como Folta, viajes alrededor del país para promover y defender los alimentos GM. “Esta es una fantástica táctica que deseamos promover”, dice un email de Michael Lohuis, director de cultivos biométricos de Monsanto, donde la compañía le ofrece al Folta fondos de monto desconocido. Dr. Folta dice que se ha unido a la campaña de defender la tecnología de los GMs porque cree que son seguros y su trabajo es compartir su experiencia. “Nadie me ordena que pensar o decir, cada cosa que digo está basada en evidencia”. Aunque aceptó en una entrevista que se le vea como herramienta de la industria y agregó que su universidad ahora va a donar los fondos de Monsanto a un banco de alimentos. “Entiendo 100% la percepción que se origina y realmente me incomoda y mucho”
Debate de los Actores
Las acciones de Monsanto en alianza con la Organización de la Industria Biotecnológica y la Asociación de Manufactura de Alimentos están detalladas en miles de páginas de emails obtenidas por “US Tiene Derecho a Saber”, organización que recibe fondos de la industria de alimentos orgánicos. Separadamente el New York Times también ha obtenido algunos de estos documentos y records adicionales en otros estados donde existen lazos de académicos con la industria de orgánicos. No existe evidencia de que se haya comprometido el trabajo académico, pero los emails demuestran cómo los investigadores se han convertido en actores y lobistas de las campañas corporativas.
La guerra entre académicos en realidad no se enfoca en la seguridad de las semillas GM, más bien en el uso de los herbicidas que estos cultivos usan. Los defensores de los alimentos orgánicos argumentan que se ha disparado el uso de herbicidas y que muchos no son seguros. La industria dice que existe mala interpretación de ellos, que estos “nuevos” cultivos están alimentando al mundo. Pero quien está ganando la batalla es el público. Marcas como Chipotle y Cheerios han reducido o eliminado sus ingredientes GM voluntariamente, al darse cuenta de lo que el público exige. Esto amenaza a Monsanto y a sus ganancias globales que sumaron 15.9 billones de dólares el año pasado. “La campaña de mala información en el área de la biotecnología es más que abundante” dice un email de Yong Gao, director de las pólizas de Monsanto de Abril 2013 dirigido a Folta. “Está realmente socavando el progreso de traducir la ciencia y el conocimiento en productividad agrícola”
Dr. Folta es uno de los más activos promotores de la biotecnología, aunque antes de descubrirse sus emails nunca había hecho pública su relación con Monsanto. Folta tiene un doctorado en biología molecular, ha realizado investigación en la genómica de frutas pequeñas por más de una década. Monsanto le contactó en el 2013 luego de un artículo que publicara defendiendo a la industria biotecnológica. “Realmente apreciamos a científicos independientes que educan al público” dice el email de Abril del 2013 dirigido a Folta escrito por Keith Reding, el microbiólogo de Monsanto que maneja las relaciones de la compañía con agencias reguladoras. Semanas después, el Consejo de Información Biotecnológica formado por BASF, Bayer, Dow Chemical, DuPont y Monsanto, le pidió a Folta y a otros prominentes académicos participar en un nuevo web: Respuestas a los GM, establecido para combatir, la percibida desinformación con respecto a sus productos, el plan era que los científicos respondan al público preguntas como “¿Causan cáncer los GM?. “Esta es una manera de ofrecer confiable diálogo y apoyo a la agricultura biotecnológica” dice un email de un ejecutivo de Ketchum a Folta. Pero Ketchum en muchas ocasiones le ha escrito las respuestas a Folta que se han utilizado al pie de la letra. Él reconoce su error, aunque ahora dice escribir sus propias respuestas. Kate Hall, vocera del concejo de biotecnología dice que esto ha ocurrido apenas una docena de veces entre las casi mil respuestas ofrecidas hasta hoy.
Los emails de Dr. Folta y del círculo de consultantes industriales, lobistas y ejecutivos demuestran el desarrollo de estrategias para atacar los esfuerzos de los estados para el etiquetado de los GM y recientemente hasta para hacer que el Congreso le quite ese derecho a cada estado. Folta no ha recibido dinero pero si se le ha pagado por sus viajes para testificar en Pennsylvania y Hawaii. Existe un record de viajes y enfrentamientos con oponentes a los GM y de cómo la industria solventa estos esfuerzos. “Me ha alegrado el día….Por favor envíenos todos sus recibos de gastos en cuanto pueda” dice el email de Cathleen Enright ejecutiva de la Organización de la Industria Biotecnológica de Octubre del 2014 luego de la intervención de Folta en la corte legislativa de Pennsylvania. En Agosto del 2014, Monsanto le aprobó a Folta un fondo de $25,000 dólares, para que hable y viaje más frecuentemente en defensa de los GM. “Muchas gracias, prometo sólidos retornos a la inversión” escribió Folta.
Bruce Chassy, profesor eméritos de la Universidad de Illinois también ha recibido fondos de apoyo a la biotecnología y para actividades educativas, según emails. Chassy ha planeado con Monsanto cómo persuadir a la EPA (siglas de la Agencia de Protección al Medio Ambiente) para que abandone su propuesta de regular los pesticidas usados en semillas GM. “¿Hay un plan coordinado para mantener la presión y el énfasis en las regulaciones desarrolladas por la EPA?” dice el email de Eric Sachs, jefe del grupo global de científicos de Monsanto, dirigido a Chassy. “¿Ha considerado formar un grupo de científicos que pidan una reunión con Lisa Jackson?,” Jackson era la administradora de la EPA en ese tiempo. En una entrevista Chassy dijo haber iniciado el plan contra la EPA antes que la compañía le contactara, pero aceptó el dinero de la compañía, lo que le ha ayudado a elevar su voz en los viajes y en el web que ha creado. “Cuando la industria encuentra personas que dicen lo que ella le gusta, se hace posible que tu voz se escuche en más lugares y con más poder” dijo. Dr. Chassy eventualmente se reunió con la EPA y lobistas de la industria y logró que abandonara la propuesta.
En el 2013 Monsanto le pidió a David R. Shaw, vice presidente de Investigación y Desarrollo Económico de la Universidad Estatal de Mississippi, mediar con el Departamento de Agricultura para persuadir a la agencia a aprobar un nuevo tipo de soya GM y otro de algodón GM diseñados por Monsanto. Los agricultores orgánicos han argumentado en contra convencidos de que esto aumentará el uso de peligrosos herbicidas. Emails demuestran que Monsanto le ha pedido a Shaw refutar los argumentos. Shaw ha recibido por lo menos $880,000 dólares para estudios y proyectos. “Nuestros grupos de Relaciones Regulatorias y Gubernamentales, saben que es importante que USDA (Dep. de Agricultura de EUA) escuchen a personas como Ud. ya que existe alta probabilidad de que llamen voces negativas”, dice un email de Junio del 2013, de John K. Soteres, entonces Jefe de Programas de Herbicidas de Monsanto. “Su voz no solo cuenta desde el punto de vista basado en la ciencia, también cuenta de cierto modo desde otros puntos de vista”
La Compañía Dow Chemical ha hecho lo mismo este año, según un email de uno de sus ejecutivos dirigido a Shaw, donde se menciona el apoyo financiero de la compañía a la universidad. Así el ejecutivo urge a Shaw intervenir con la USDA para aprobar el nuevo algodón GM de Dow, creado para ser tratado con un herbicida también de Dow.
Las peticiones de Dow y Monsanto han sido aprobadas, Dr. Shaw no ha ofrecido declaraciones a pesar de su reconocida rectitud.
Porque no Madres Agricultoras
A veces los mismos científicos se preguntan si son los mejores defensores de las compañías. “La situación requiere de propagandas de TV con mujeres jóvenes, bonitas y de preferencia que sean madres que siembren y que expliquen porque los alimentos de la biotecnología son seguros y son los más verdes en la historia y se merecen ser defendidos” email de Val Giddings, de la Fundación de Información en Tecnología e Innovación, dirigido a un lobista de Monsanto, cuando se debatía como contrarestar las campañas de etiquetado en Colorado y Oregón. Dr. Folta, includo en este email está de acuerdo.
Profesor Estatal de Washington Se Une a la Industria de Orgánicos.
“Imposible lidiar con emociones usando a científicos” escribió Dr. Folta a Lisa Drake, la lobista de Monsanto: “Se necesita una conexión con madres que siembran”. Drake difiere, ya se ha hecho esto sin ningún éxito. “Sé que es difícil de creer pero yo misma he visto los resultados”
Emails obtenidos por el New York Times de los records de la Universidad Estatal de Washington, donde Dr. Beenbrook ha trabajado hasta inicios de este año, muestra como también la industria de alimentos orgánicos ha desarrollado sus propias tácticas, aunque el monto de este lobismo es una diminuta fracción comparada a lo que pagan las compañías del agro. La industria orgánica también tiene intereses ya que la ley exige que cualquier producto etiquetado orgánico debe estar libre de ingredientes GM. De manera que la única manera de evitar los GM es tomar la alternativa de lo orgánico. Al igual que la industria de alimentos GM, la orgánica sabe que puede influenciar más si se usa académicos. “Soy negociante, no científico” dice Gary Hirshberg, directivo de Stonyfield Farm, quien produce yogurt orgánico. El dirige los esfuerzos de la industria en la campaña “Etiquétenlo” (si tiene GMs). “Claro que ayuda que un científico explique las cosas” agrega. Por esta razón Dr. Benbrook, miembro del Centro Orgánico, una entidad formada por la industria, resignó a ese trabajo y se empleó en la Universidad. “Trabajaba para una organización fundada por la industria de alimentos orgánicos, sus miembros no prestan atención”. En la Universidad Estatal de Washington, Dr. Benbrook ha recibido apoyo financiero de compañias como Organic Valley, Whole Foods, Stonyfield y United Natural Foods Inc. quienes han supervisado de cerca sus investigaciones y su activismo, logrando que se publique datos como que la leche orgánica es de superior valor nutricional. El grupo de Mr. Hirshberg le ha pagado a Benbrook su viaje a Washington para oponerse a la prohibición de que cada estado ejerza su derecho a etiquetar. Su investigación sugiere el aumento del uso de herbicidas en los cultivos GMs. “La industria orgánica también podría conducir estudios y publicar resultados, pero nadie les creería. Por eso esto es guerra y todos están esperando ganar lo más que se pueda”.