Read original article by Naomi Klein from The Ecologist here
Naomi Klein se asombra de cuanto se promueve la “locura” de la fractura hidráulica (para el gas natural) en el Reino Unido, “felizmente hay activistas” nos dice, aquí un resumen de su artículo:
No es fácil convencer al público. La industria del Reino Unido ha gastado millones para explotar reservas de gas natural y hasta para oponerse a leyes que no permitan excavaciones bajo los hogares británicos. Esto no es nada nuevo, lo que pasa en el Reino Unido es el modelo de lo que pasa en Estados Unidos, tanto así que en Octubre pasado el Wall Street Journal publicó un artículo: “Revolución Conspirativa por Fractura Hidráulica en Gran Bretaña al estilo Americano”
Hay que prestar mucha atención a cómo todo esto se ha originado, tanto en Estados Unidos como en Canadá. Estados Unidos es la cuna de “marca” y “mejoras” en tecnologías para la fractura hidráulica, se inició en 1980 aparentemente como energías limpias del futuro.
Pero la oposición se basa en que esa industria ha “patrocinado” estudios de organizaciones “verdes” que han ocultado sus enormes impactos en los gases de efecto invernadero. Incluso han aprovechado de crisis geopolíticas como el corte de gas en Ucrania, para impulsar planes masivos de exportación que nunca se hubiesen aprobado con legislación.
Lo peor es que los gobiernos y la industria están criminalizando a activistas pasivos. Se han enviado fuerzas armadas en contra de comunidades indígenas que intentaban enfrentarse contra la explotación de gas natural en New Brunswick, Canadá. En Oklahoma se llamó “terroristas” a los que protestaban y portaban un gigante afiche hacia una de las compañías de gas natural.
Sin embargo esas tácticas no han obtenido muchos resultados. El estado de Nueva York acaba de prohibir la fractura hidráulica gracias a una serie de prohibiciones y de moratorias en las comunidades locales, y por las presiones de activistas y científicos como la bióloga Sandra Steingraber, co fundadora de “Neoyorquinos contra la Fractura Hidráulica”. Ella ha documentado ampliamente los impactos negativos de esta tecnología en la salud y en el clima. Las protestas en Nueva York continúan, como en Finger Lakes, alli una compañía de Texas tiene intenciones de crear un depósito masivo de gas y de transporte del mismo, 200 personas han sido arrestadas por bloquear y salvaguardar las cavernas de sal del lago Seneca, se pretende utilizarlas de depósito.
En Vermont se ha aprobado una prohibición contra la fractura hidráulica y existen moratorias en algunos lugares de California y en las provincias canadienses de Quebec, Nova Scotia y Newfoundland.
Un mes antes de la victoria de Nueva York, Denton, la ciudad de Texas cuna de esta tecnología (y donde más se ha usado) votó decisivamente para prohibir la fractura hidráulica, esta es una mayor victoria ya que Denton es una ciudad republicana donde la industria ha puesto mucho dinero. Según un residente esto ha sido “un David y Godzilla” en vez de David y Goliath”. Se puede aprender mucho de Denton, corrobora las ambiciones de las compañías de energía de apoderarse de todo, hogares, escuelas, parques, estadios, universidades, etc.
El gobierno del Reino Unido y sus fuerzas en favor de la fractura hidráulica están a la defensiva. Un análisis reciente encontró que solo hay planes para 11 excavaciones en el 2015 y gracias a la colección de 267,000 firmas se ha votado en favor de legislación contra la fractura hidráulica.
Eventualmente y gracias al cambio climático, los “fracturadores” se tendrán que rendir.