Watch de Mark Bittman speech here
Para cambiar el sistema alimentario, alimentar a los 9 billones y enfrentar mejor el cambio climático hay que eliminar la Pobreza y la dependencia de una agricultura industrial que alimenta animales de consumo, biocombustibles y comida chatarra, la que a la vez contamina, enferma, explota, roba…. (produce la peor dieta). As lo dijo Mark Bittman muy elocuentemente en la reciente serie de conferencias organizadas por el New York Times: “Alimentos Para Mañana”. Aquí un resumen sus puntos más importantes:
“Hay que eliminar la pobreza…entre las principales causas del hambre están la falta de equidad y de democracia. No es la falta alimentos. El hambre y la malnutrición NO es cuestión de Agricultura. Es cuestión de Economía”.
La Agricultura Rural es convencional, produce 2 ̸ 3 de los alimentos mundiales. Depender de alta tecnología, energía fósil, sobreuso de recursos, monocultivos, sustancias químicas, es agricultura industrial que en realidad NO es convencional, es anormal!
Alimentos que favorecen a los consumidores, al medio ambiente, a los trabajadores y a los animales, deben a la vez ser verdes, justos, económicos y nutritivos, hay que cambiar el sistema alimentario industrial “porque mucho de lo que produce contamina, enferma, explota, roba”
El aumento del centavo por libra obtenido por los recolectores de tomates de Immokalee, la aprobación de impuestos a las bebidas gaseosas en Berkeley, el creciente número de capítulos estatales de alimentación y de consejos de políticas de alimentos locales, las mejoras a los programas de alimentos en las escuelas, la caída de Mc Donaldʾs y la erosión en la venta de bebidas gaseosas, el liderazgo de los trabajadores de alimentos en el movimiento para que se les aumente el salario mínimo, el hecho de que la industria de alimentos y la industria agrícola se han visto forzadas a gastar millones para impedir legislación del etiquetado que el público necesita, porque la transparencia es contraria a sus intereses, son indicaciones de que el sistema está empezando a cambiar.
“El hambre y la obesidad son las dos caras de la misma moneda y se acuña en un lugar llamado pobreza, no es que hay escasez de alimentos ni siquiera hay escasez de dinero, hay escasez de equidad”.
“Cuando nos preguntamos ¿Cómo alimentar a los 9 billones? Nos vemos forzados a creer que tenemos que producir más alimentos usando cada vez más métodos de alta tecnología, semillas genéticamente modificadas e incrementar el uso de químicos en más tierras con mucho más pérdidas de recursos”.
Solo hay dos maneras de que se coma bien: Semillas para que los pobres sigan cultivando más y mejores alimentos, o pagarles salarios justos de manera que puedan adquirir más y mejores alimentos.
“Hay acciones deliberadas que algunos de nosotros tomamos para crear la mala suerte de otros. Tomamos sus tierras y los desplazamos, tomamos su energía y recursos minerales, hasta creamos monocultivos para exportar mientras reducimos a todos a barrios hambrientos en sus propias tierras”
El aumento de la población global en un 30% proyecta doblar la demanda de consumo de alimentos de fuente animal. No hay tierras, agua, fertilizantes, ni siquiera fondos para el sistema de salud para que el mundo consuma los niveles de carnes de occidente.
“Diversificar cultivos, usar plantas y animales, plantar árboles frutales en los campos, hace que los pequeños agricultores puedan producir más y más clases de alimentos con menos recursos, menos costos de transporte, menor huella de carbón”. Esto promueve la seguridad alimentaria, la biodiversidad y hasta enfrentar mejor el calentamiento global”.
Rotación de cultivos, proteger la vida silvestre y el hábitat de los pueblos aborígenes, han demostrado repetidamente que son efectivas hasta en la agricultura a gran escala. Todo esto sin los niveles de los subsidios que se otorgan en Estados Unidos y en Europa desde hace medio siglo, subsidios que tienen que terminar. Y todo esto a pesar de los esfuerzos de la gran agricultura industrial en el dominio de políticas en territorios dominados ya que el agro negocio de Estados Unidos, Europa, China y Japón se apodera de tierras y agua en África y Brasil para restar el poder de los demás. Esta es una manera de dominar a otros y exportar sus granos y carnes para ellos mismos.
Si respetamos el derecho de los pueblos de conservar sus tierras para su propia agricultura y su propio bienestar, podemos asegurarnos de alimentarnos bien, podemos reducir la contribución de la agro industria a los gases de efecto invernadero, a las enfermedades crónicas y a la escasez de energía.
“Ahora usamos nuestras mejores tierras para producir alimentos para animales, lo que resta a la producción de alimentos para humanos. Esos monocultivos dañan la tierra y todo lo demás, y luego comemos mucha de esa carne que producimos y morimos prematuramente”.
Promover y no obstruir a los pequeños agricultores es una de las claves, y la otra es dejar de hundirnos en el estilo de agricultura industrial que contribuye a la dieta americana. Esta dieta es la peor, los pueblos en desarrollo salen de su pobreza pero adoptan esa dieta, es el polo opuesto del hambre, pero es igual de mortal, deben salirse de esa dieta antes de que sean despojados de su salud y sus recursos naturales. Resolver el problema del hambre forzando a los pobres a llegar a las ciudades por trabajos mal pagados para que puedan adquirir hamburguesas y papas fritas no es una solución.
Hay ya suficientes alimentos mucho se destina a alimentar animales, mucho a convertirse en combustible, demasiado se desperdicia.
“El slogan no debería ser Vamos a Alimentar al Mundo, debería ser Vamos a Terminar con la Pobreza, quizá no sea tan rentable, pero no se trata del negocio de la agricultura, se trata de justicia y de poder político”.