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Dr. Tyrone Hayes, científico de la Universidad de Berkeley California fue quien descubrió los efectos del herbicida Atrazina en el sistema endocrino. Ese poderoso herbicida se usa mayormente en los campos de cultivo de maíz, soya, etc. de EEUU y también en muchos otros países (se prohíbe en Europa). Lo produce Syngenta antes conocida como Novartis, una compañía dedicada a la agricultura y a la farmacéutica. Un artículo publicado en la prestigiosa revista The New Yorker revela documentos de un juicio contra Syngenta por tratar de desprestigiarle, además de influenciar en la EPA (siglas de la Agencia de Protección del Medio Ambiente) para evitar prohibir el uso de este herbicida. A continuación un resumen de la entrevista realizada al Dr. Hayes por el programa Democracy Now:
“Bueno, ya estaba estudiando los efectos de las hormonas y como sustancias químicas interfieren en las hormonas en el desarrollo de los anfibios. Fue la misma Novartis quien me encargo estudiar los efectos del herbicida atrazina en los sapos. Cuando descubrí que causaba que los machos se convertían en hembras, la compañía trato de evitar que publicara ni que discutiera el asunto con otros científicos fuera de Novartis”.
“Inicialmente encontré que la laringe o la “caja de la voz” en los sapos machos expuestos al herbicida no crecía adecuadamente, lo que indicaba que los niveles producidos de la hormona testosterona eran bajos. Eventualmente encontré que los machos estaban desarrollando ovarios o empezaron a producir huevos. Algunos de los machos se convirtieron completamente en hembras y claro el comportamiento era también lo que llamamos homosexual”.
“Eventualmente la EPA insistió se me absolviera de la confidencialidad y publiqué mis hallazgos en prestigiosas revistas como Procedimientos de la Academia Nacional de Ciencias, Nature y Perspectivas en Salud Ambiental, esta última patrocinada por el Instituto Nacional de la Salud”.
“Antes de las publicaciones, la compañía trató de comprar el estudio y tratό de ofrecerme otro contrato donde ellos pudieran controlar el experimento, me rehusé, sin antes ofrecerme a compartir los estudios. Entonces la compañía empleό a científicos para que refutaran mis experimentos. No sόlo eso, usaron particularmente a Tim Pastoor para que se presentara en mis conferencias a refutar mis estudios con panfletos y hasta amenazarme con actos de violencia sexual en contra de mi esposa y de mi hija”.
“Entonces recurrí a la consejería legal de la universidad, pero el abogado me explicό que sólo podía defender a la universidad pero que como mi estudio ya había sido publicado estaba solo en esto”.
{Hayes responde acerca de quien Elizabeth Whelan presidenta del Consejo Americano en Ciencias y Salud, ha criticado su estudio cuando fue parte de una serie de publicaciones acerca de aguas tóxicas publicadas por el New York Times en el 2009. Syngenta ha contribuído al consejo con unos 100,000 dólares}
“Lo más triste de este proceso es que quienes me critican son pagados por la misma compañía para emitir sus opiniones, son realmente científicos que se venden…Cualquier científico independiente no pagado por Syngenta ha encontrado similares problemas con atrazina, no solo mis sapitos. He publicado un documento que enlista a 22 científicos de 12 diferentes países que han encontrado que la atrazina causa problemas sexuales en mamíferos, aves, anfibios y peces”
“Además el panel de científicos de la EPA que se supone debería revisar la atrazina también trabaja para Syngenta”
Hayes responde a la pregunta de falta de apoyo de la universidad y al ataque a su integridad académica:
“No soy el único a quien le preocupa que las universidades (tan prestigiosas como Berkeley) se estén convirtiendo en corporaciones. Somos una universidad pública, antes había más apoyo del gobierno, en mis tiempos la universidad era gratuita, hoy los precios son altos. Existe presión para efectuar estudios que recauden fondos para la universidad….Mi colega Ignacio Chapela también se ha tenido que enfrentar a la influencia de Novartis en los estudios científicos de la universidad”.
“Creo que más de un quinto del dinero en apoyo a las ciencias viene de Novartis quien manufactura plaguicidas y también fármacos. La atrazina no solo es un herbicida, induce una enzima llamada aromatasa la que causa que produzcas más estrógeno, este mecanismo de acción potencialmente desarrolla el cáncer a la mama…Desde el año 2000 la compañía también produce una sustancia química llamada letrozole, que hace lo contrario, entonces es hoy el principal fármaco para el cáncer de mama, esto es un claro problema…El otro problema es que el 90% de todas las semillas que usamos para producir nuestros alimentos es de propiedad de seis compañías que producen plaguicidas”.
Hayes comenta acerca de como la compañía le espia sus e-mails:
“Fue a través de Deb Dubenosfsky, profesora de la Escuela de Salud Publica por quien me entere que la compañía tenia acceso a mi e-mail. Por eso siempre mantengo hasta tres e-mails para mantenerme fuera de su alcance, aunque tambien he usado el hecho de que intervienen my e-mail para enviar falsa información como por ejemplo reservas de avión para despistarles de donde hacia mis conferencias para que no me sigan”
“Curiosamente a veces ellos han creído que yo también les estaba grabando las conversaciones y esto aparece en los documentos donde consta como se han confabulado contra mí para desacreditarme. En parte me alegra que todo haya salido a la luz por los documentos publicados por The New Yorker, pero ¿se puede imaginar cómo ha sido mi vida en estos últimos 10 a 15 años víctima de continua persecución y amenazas?
“Volviendo a la atrazina, los estudios continúan alrededor del mundo. Un reciente estudio ha demostrado que bebes que están expuestos a la atrazina desde el utero, no desarrollan sus genitales adecuadamente (microfalus). Hay estudios que demuestran que la cantidad de espermatozoides disminuye por la exposición de la atrazina. Esto no solo sucede con los animales que estudiamos en el laboratorio también sucede en humanos. Nosotros usamos las mismas hormonas para nuestra reproducción, de manera que la atrazina es una amenaza para la salud publica”
El artículo que aparece en The New Yorker y que revela como Syngenta ha tratado de desacreditar al profesor Hayes se titula: “Una Reputación Valiosa: Luego que Tyrone Hayes Dijo que Un Químico era Peligroso, su Productor lo empezó a Perseguir”