Read original article by Alex Formuzis from the Environmental Working Group here
Esta es la pregunta que sigue siendo tema de debate en publicaciones, una reciente es el artículo de Melinda Wenner Moyer publicado en Slate.com el pasado Enero 28. A continuación el resumen de la respuesta y argumentos relacionados al artículo que hace el Grupo de Trabajo de Medio Ambiente (EWG siglas en inglés) al artículo de Moyer para darnos cuenta si debemos consumir orgánico o no:
Es cierto que los niños siempre deben comer vegetales y frutas aunque sea no orgánicas (convencionales) en vez de alimentos procesados como papitas fritas y caramelos, el sentido común nos dice que en esto todos estamos de acuerdo aunque muchos no lo practiquen. Pero es necesario abordar el riesgo de exposición a los plaguicidas (insectidas y herbicidas) cuando de niños se trata. Es cierto que tanto la agricultura orgánica como la convencional dependen de tecnologías para protegerse de la maleza, de los insectos y de los hongos. El artículo de Moyer menciona la Rotenona, un plaguicida que ciertamente fue usado en la agricultura orgánica hasta su prohibición, pero ya no está registrada para los campos orgánicos de EEUU y esto Moyer no lo menciona..
Es la agricultura convencional quien frecuentemente nos oculta las muchas sustancias agro-químicas que se usan en frutas y vegetales, es su estrategia retar o desacreditar a científicos u otras personas que ponen esto al descubierto. La industria de alimentos (de la agricultura convencional) tiene el dinero necesario para contratar relacionistas públicos especializados y hasta abogados para evitar se restrinja el uso de alguna sustancia química convencional en los cultivos. De los billones de Kilos de plaguicidas sintéticos que se usan anualmente en EEUU en jardines públicos, hogares o campos de golf, un 80% se aplica en los cultivos convencionales de alimentos. Moyer no menciona tampoco los efectos de la agricultura química o convencional en el agua, el aire, las tierras, incluso la muy bien documentada exposición a los plaguicidas que sufren los agricultores y sus familias que trabajan en estos campos.
Existen muchas diferencias significativas entre la producción de alimentos orgánicos comparados a los convencionales. Aquí la explicación de algunas:
Los Plaguicidas de los Alimentos y la Salud de los Niños
Para saber los daños que los residuos de agroquímicos en los alimentos pueden causar a los niños hay que preguntarle a los expertos y no a aquellos que desdeñen los cuestionamientos. El Dr. Philip Landrigan, por ejemplo, es el Jefe de Salud Global y Director del Centro de Salud Medioambiental del Hospital de Medicina Mt. Sinai quien explica:
Existen muy bien conducidos estudios, publicados en prestigiosas revistas médicas que demuestran que familias que consumen una dieta orgánica tienen 90% niveles más bajos de agro-tóxicos en sus cuerpos que familias que consumen alimentos convencionales. El Dr. Landrigan ha estado estudiando esto desde inicios de los 70, su trabajo es el responsable de que se haya eliminado el plomo de la gasolina. Es el autor del más importante estudio de 1993 de la Academia Nacional de Ciencias: “Plaguicidas en las Dietas de los Infantes y Niños” que hizo que el Congreso apruebe la Ley de Protección de Calidad de Alimentos de 1996, la misma que ha indicado estándares para los plaguicidas en los alimentos.
El Dr. Andrew Weil, también pionero en la medicina integral dijo:
No estoy de acuerdo en que se diga que los residuos de plaguicidas no tienen efectos en la salud de los niños. “Estudios comparativos en niños que comen comida convencional vs. orgánica demuestran la gran diferencia en la excreción urinaria de toxinas medioambientales”. Se argumenta que los alimentos enlistados en “La Docena Sucia” tienen límites de exposición por debajo de los estándares de la EPA (siglas en ingles de la Agencia de Protección del Medio Ambiente)”, pero esto no quiere decir que esos límites constituyen lo último en seguridad en plaguicidas. El Dr. Weil dice que se deben evitar los plaguicidas sintéticos en los alimentos, porque por ejemplo Dr. Chensheng Lu profesor de la escuela de Salud Pública de Harvard y colegas, realizaron un estudio en el 2005 donde midieron dos tóxicos organofosfatos (plaguicidas): malation y cloropirifos en la orina de 23 niños de escuela primaria de entre 3 y 11 años de edad que consumieron una dieta con vegetales y frutas convencionales. Cuando estos mismos niños cambiaron completamente a una dieta similar pero orgánica, los niveles de los plaguicidas detectados en la orina casi desaparecieron. El Dr. Chensheng Lu dijo: “Sabemos que la mayor exposición a los plaguicidas es por la dieta, asumiendo que no los usa en su jardín”. La agricultura convencional y sus científicos pagados dicen que la exposición es tan baja que los padres no deben preocuparse, pero hay otros que dicen lo contrario como los doctores Landrigan, Lu y Weil que han dedicado su vida a proteger la salud de los niños y de sus familias.
“Creo que la acumulación de estos compuestos agrícolas en los tejidos puede conllevar a altos riesgos de enfermedades neurodegenerativas y cáncer con la edad. Los niños que consumen plaguicidas no solo están expuestos a ellos por mucho más tiempo en sus vidas, están expuestos quizá desde el desarrollo del sistema cerebral y nervioso en que se es más sensible. Creo que todos debemos tomar medidas para evitar los plaguicidas, pero los niños son los más vulnerables” dijo el Dr. Weil.
En el 2012, la respetable Academia Americana de Pediatría (AAP) que nunca se relaciona con activistas, publicó un importante y exhaustivo reporte de riesgos a la exposición de plaguicidas. Luego de la revisión de rutas de exposición que incluyen alimentos, recomendó a padres y a legisladores reducir el uso de plaguicidas en la agricultura: “Para muchos niños, la dieta es la mayor fuente de plaguicidas”. La sección: Esfuerzos para Reducir la Exposición a los Plaguicidas de la AAP dice: “modificar la dieta puede reducir la exposición a los plaguicidas….consumir orgánico ha demostrado reducir los niveles de plaguicidas en la orina comparados a quienes consumen dietas convencionales”. La AAP recomienda a los pediatras buscar información confiable acerca del contenido de plaguicidas de varias frutas y vegetales” y cita a la Guía de Compra de EWG como una de ellas. ¿Porque están la AAP y otros expertos preocupados por la exposición de los niños a los plaguicidas sintéticos?
Los niños consumen más cantidades de frutas y vegetales que los adultos en proporción a su peso corporal, además sus sistemas desintoxicante, inmune y de desarrollo neurológico no están formados. El riesgo es aún más grave en el feto, la vulnerabilidad es más alta. “Los peligros de la exposición a los plaguicidas incluyen problemas de aprendizaje, poca y corta atención, pérdida del coeficiente de inteligencia y posiblemente cáncer” dice el Dr. Landrigan.
En el 2004, el EWG realizó pruebas independientes de laboratorio en 10 cordones umbilicales, se encontraron centenas de contaminantes incluyendo plaguicidas. Es probable que los alimentos que las madres comen sean una, aunque no la única fuente de contaminación.
En el 2011, tres estudios por separado encontraron que bebes expuestos a plaguicidas durante la maternidad tuvieron más bajo coeficiente de inteligencia cuando iniciaron la escuela. Aunque no se especificó si la ruta fueron los alimentos, los plaguicidas en cuestión fueron los usados en la agricultura convencional de alimentos. “Los bebes con más altos niveles, mostraron los peores efectos, lo que quiere decir que tendrán problemas de por vida” dijo Dr. Landrigan en un reporte para el New York Times
Plaguicidas Orgánicos vs Convencionales:
Por lo menos 50 plaguicidas antes aprobados hoy están prohibidos por los riesgos a la salud y al medio ambiente. Otros continúan usándose, aunque crece la evidencia de que causan daño. Ya hemos mencionado que la Rotenona es el único plaguicida que se ha eliminado de la agricultura orgánica. “Ya ni siquiera está registrada con la EPA” dice el Profesor Charles Benbrook experto en agricultura orgánica y director del Programa Diagnóstico de Campo y Alimento para la Sustentabilidad y la Salud de la Universidad Estatal de Washington, “además los agricultores orgánicos usan mucho menos plaguicidas que son seguros y por lo general no usan herbicidas” agregó. Los plaguicidas que se pudieran usar en la agricultura orgánica son significativamente diferentes a los sintéticos que se usan en la agricultura convencional. “Hay una diferencia abismal entre los insecticidas y funguicidas que se aplican en los alimentos orgánicos que en los convencionales además, si se usan, este uso es de 50 a 100 veces menos que la cantidad que se usa en la agricultura convencional” dijo el Dr. Benbrook.
Benbrook y su equipo han creado una fantástica base de datos donde se compara los residuos de plaguicidas tanto en frutas y vegetales orgánicos como en los convencionales. Por ejemplo en el 2010 se detectaron 47 plaguicidas en las manzanas convencionales vs sόlo 7 en las orgánicas. Esta diferencia es muy similar en el apio, los melocotones y las fresas.
Plaguicidas en el Agua Potable
Se sabe que la agricultura es la mayor fuente de contaminación del agua, se esparce de los campos de cultivo a los ríos, lagos, lagunas. No solo hay plaguicidas sintéticos en nuestros alimentos, también están en el agua que consumimos.
Los niños consumen mucho más agua que los adultos en proporción a su peso corporal. El más reciente análisis realizado por EWG en todo el país ha revelado que 215 millones de estadounidenses están expuestos a agro-tóxicos del agua que consumen. El más notorio herbicida encontrado en las aguas es atrazina, se usa en el cultivo de maíz, soya y remolachas. Según la Agencia del Registro Federal de Sustancias y Enfermedades Tόxicas: “La exposición materna a la atrazina en el agua durante el embarazo está asociado con bajo peso corporal y del corazón del bebe, también defectos urinarios y límbicos en los humanos”. EWG encontró en el agua de 27.2 millones de personas en 33 estados varios niveles de atrazina, el agua que usan 17 millones de estadounidenses tienen más altos niveles de los establecidos por las guías de salud, una vez más cortesía de nuestra agricultura convencional.
Es importante que cuando se hable o se escriba acerca de los riesgos que los plaguicidas ofrecen se consulte a todos los expertos, opina este articulo con el que responde el EWG al artículo de Moyer. Ella menciona la Guía de Plaguicidas desarrollada por esta organización pero no consulta a ningún experto. Este es un claro ejemplo de cómo un tema tan importante y complicado como es la alimentación orgánica mayormente sin plaguicidas vs la convencional se debate sin un real esfuerzo por encontrar todos los puntos de vista debidamente documentados.
Excelente ….