Read original article by Martine Valo from the Guardian* here
Una sustancia química que se usaba en las plantaciones de plátanos están amenazando la salud pública contaminando la tierra y el mar. Aquí un resumen del articulo:
Más de 100 pescadores protestaban en las calles de Fort de France en Martinique, habían tomado un puerto hasta esperar recibir ayuda económica de Paris (unos dos millones de euros). Clordecona un persistente plaguicida clorinado ha contaminado el mar a tal punto que las langostas ya no se pueden comer. Los vecinos de la Isla Guadalupe están furiosos por la misma razón, un desastre que amenaza ahora toda la economía.
«He estado consumiendo ese plaguicida por 30 años a través del pescado…Qué le va a pasar ahora a mis nietos?» dice Franck Nétri pescador de Guadalupe por toda una vida. A los 46 ya no tiene otra opción, las áreas de pesca restringidas cada vez son más grandes. (como 900 metros).
Clordecona (Kepone), enlistado como cancerígeno desde 1979, también es un irruptor endocrino. Ha contaminado toda la costa, desde que se usa en los plátanos de exportación. La contaminación abarca hasta los cangrejos, parece que pronto ya no se podrá comer ninguna especie.
A pesar de que las personas están furiosas y sumamente preocupadas, las ventas de pescado u otros posiblemente contaminado no se han detenido. Hay como 70 familias que dependen de la pesca, pero «no hay lugar para mejoras» dice Nicolás Díaz, un biólogo que trabaja para el consejo regional «clordecona queda atrapado en el barro y se libera cada vez que hay tormenta, seguirá así por generaciones»
Clordecona se usó en los plátanos desde 1972 hasta 1993. Se prohibió en Francia en 1990, excepto en otros territorios. EEUU dejó de producir y usar clordecona en 1976, pero se estima que la sustancia química se queda en el suelo por unos 700 años!. Se detectó en las aguas de Martinique en 1999, luego en camotes y yucas, aunque curiosamente no en las bananas. Se ha establecido que ha contaminado toda la cadena alimenticia, incluso en las vacas, los pollos, hay una alta concentración en los huevos. Incluso esta presente en la leche materna.
La contaminación ha causado estragos en las familias pobres, que dependen de sus cosechas. Luego de dos años de estudio para identificar las áreas más contaminadas, un equipo especial se dedicó a una campaña de información en el 2009. Han visitado los hogares de más de 10,000 familias. «Les hemos dicho que no planten tubérculos o que coman menos de ellos, pueden sembrar tomates y frutas, pero a veces son escépticos » dices Johann Agrapart, líder del equipo.
El Dr Luc Multigner, un epidemiólogo del Instituto Francés de Salud e Investigación Medica (Inserm siglas en francés), esta estudiando los impactos de este plaguicida en la salud pública. El lidera un equipo que ha estado investigando la fertilidad de los trabajadores de las plantaciones de plátano desde el 2002. No se han detectado efectos claros pero si un incremento sustancial del cáncer a la próstata.
Los médicos también estudiaron cerca de 1,000 mujeres y sus hijos expuestos a clordecona durante el embarazo. Junto a otros investigadores internacionales monitorearon el desarrollo de 153 niños durante siete meses. Los resultados han sido publicados en el Jornal de Investigación Medio Ambiental del 2012, revelando problemas psicomotores, reducción de interés visual en cosas nuevas y problemas con la memoria visual. Otras pruebas enfocadas en niños de 18 meses confirmó problemas motores en niños, y han sido publicados en la edición de Enero de NeuroToxicología.
Las noticias han demorado de llegar a Paris a pesar de que un reporte de contaminación de vida silvestre de Guadalupe se envió en 1980 con una copia al Ministerio de Medio Ambiente. En el 2007, cuatro ONGs y una confederación de agricultores presentaron una queja legal. Fiscales de salud pública han iniciado finalmente una investigación «El problema no es comparable al de Fukushima, pero si es comparable en su complejidad. No es una crisis que se puede resolver, tiene para rato»
Paris no niega su responsabilidad y está ahora contribuyendo con dinero para investigación científica, en publicaciones y en alimentos locales. Se seguirá así hasta fin de año, pero nadie sabe que pasará luego. Algunas ONGs están haciendo campañas en relación a la salud pública y a la valiosa biodiversidad. Las comunidades son ahora fatalistas y el gobierno se calla inclinado más a defender los intereses de los productores de plátanos ya que las exportaciones ascienden a 270,000 toneladas de plátanos (el único cultivo que se exporta) al año hacia Europa.
• Articulo de el Guardian Weekly, el que incorpora material de Le Monde
Reblogueó esto en My dream, Earth free!.