La Ignorancia Que Puede Matar


Read original article by Jessica Knoblauch published by Earth Justice here

El ataque de la industria quimica contra un reporte clave sobre el cáncer es un ejemplo de sus efuerzos para mantenernos en la ignorancia.  Qué es claro, incoloro y puede causar cáncer? Si fuera por la industria nunca te enterarías que la respuesta es el estireno. Se encuentra en miles de productos para el consumidor desde fibras de vidrio, contenedores de alimentos, o lo que hueles cada vez que abres una lata de pintura. El mundo científico sabe desde hace tiempo que el estireno causa cáncer en ratones e incrementa el riesgo de leucemia y de linfomas en trabajadores expuestos a este material.

Por años, la industria química representada por el Consejo Químico de América (EEUU), ha logrado mantener secreta información relacionada a sustancias químicas tόxicas para la salud.

Sabemos muy poco acerca de los efectos a la salud y al medio ambiente de aproximadamente 78,000 sustancias químicas en el mercado, gracias al lobismo de la industria y a una ley obsoleta llamada Ley de Control de Sustancias Tóxicas. Aún si sabemos que alguna de estas sustancias químicas es tóxica, es difícil evitarla debido a que muchas veces ni siquiera aparece en el etiquetado de los productos.

La poca información que el público recibe del gobierno o de organizaciones que ejercen un significativo esfuezo legal como Earth Justice (Juticia Terrenal), se hace porque el público tiene derecho a saber qué amenaza a sus cuerpos y a su medio ambiente. Por eso Earth Justice ha realizado juicios en favor del público a nivel nacional para que se regulen estas sustancias químicas que se encuentran en dispersantes de aceites.

El trabajo de Earth Justice relacionado al estireno se inició hace dos años, luego el Departamento de Salud y Servicios Humanos enlistó al estireno como “un razonable cancerígeno humano” por primera vez en su Reporte Anual de Cancerígenos (siglas RoC). Inmediatamente la industria química inició su práctica de silenciar con un juicio y con la ayuda de sus “amigos” en Washington. La industria sabe muy bien como cambiar la dirección de la noticia, no importa cuan conclusivos sean los resultados. Esto resulta en una parálisis, los estudios no se revisan mientras trabajadores y consumidores son “conejillos de indias”, víctimas de un sistema que no puede siquiera regular simples cancerígenos como dioxinas y asbestos.

“No queremos esperar hasta que muchas personas estén expuestas a alguna de estas sustancias químicas para probar que es cancerígena” dice la Dra. Lynn Goldman, de la escuela de Salud Pública y de Servicios de Salud de la Universidad George Washington, y miembro del Comité del Consejo Nacional de Revisión e Investigaciόn . “Si llegamos a este punto, representa ya un fracaso en el proceso regulatorio”.

En el caso del estireno, un líquido explosivo derivado de energía fosil, la industria ha enterrado la información durante la creación del reporte. Repetidamente se argumenta que la evaluación del estireno no es correcta, lo que ha sido ya objetado por la revisión de los científicos que votaron por el enlistado como cancerígeno. Dos de ellos incluso dicen que debe ser enlistado como “conocido cancerígeno” y no como razonable cancerígeno (no es preciso).

La industria del estireno ha enjuiciado al gobierno para que no se enliste!. Earthjustice quien representa a activistas en salud y a trabajadores de acero estadounidenses, rápidamente asumió la defensa de estos en el juicio.

“Este caso está relacionado al derecho del público a saber acerca de las sustancias químicas tόxicas”, dijo la abogada de Earthjustice Marianne Engelman Lado, quien atiende el juicio. “Si el gobierno NO logra enlistar al estireno, aún con toda la evidencia de que causa cáncer, entonces estamos mal ubicados en términos de mantener al público alerta acerca de estos tóxicos”.

Mientras la industria ventila el caso en corte, los lobistas se ocupan de Capitol Hill. Según datos el Consejo de Información e Investigación del Estireno dobló sus gastos a 570,000 dólares en el 2011. Ya el Consejo Químico de EEUU había gastado 10 millones de dólares en lobismos en contra de reformas en la regulación de estas sustancias químicas. Y el dinero ha dado sus frutos:

Ese mismo año en Diciembre, la industria de sustancias químicas logrό convencer a los legisladores que se necesitaba un millón de dólares para hacer un estudio de revisión del estireno, aunque ya las conclusiones del RoC son derivadas de estudios concluyentes.

Y allí no terminό todo, recientemente, la industria química desea que el gobierno no tenga ninguna lista de cancerigenos!. Ha logrado convencer al Congresista Denny Rehberg (R-Montana), miembro del Subcomité de Apropiaciones de Casas, de Labor y de Servicios Humanos. En Julio del 2012, ha propuesto una ley que recortaría el presupuesto del RoC en su totalidad hasta que un nuevo estudio de continuidad se realice, lo que puede tomar unos cinco años!. Esta ley es como una carta de amor al Consejo Químico Americano, quien ha emitido una petición similar a, Kathleen Sebelius, de la Secretaría del Depatamento de Salud y Servicios Humanos, crítico para el RoC, y ha suspendido el desarrollo del siguiente reporte hasta que el siguiente estudio sea completado (con qué dinero se va a hacer entonces?).

«Creemos que nuestros miembros y todos en general se merecen saber la verdad” dijo Michael Wright, Director de Seguridad de Salud y Medio Ambiente de Trabajadores de Acero Unidos, “y la verdad debe ser determinada por los científicos”. Trabajadores de Acero Unidos junto a más de 70 médicos y expertos en salud ocupacional han declarado en contra de las acciones de la industria porque ellos necesitan de estos documentos de consenso como el que RoC provee a sus pacientes y miembros con información actualizada acerca de la toxicidad por la exposición a sustancias químicas en el trabajo. En el caso del estireno, la meta no es cerrar la industria, dice Wright, sino asegurar que los trabajadores tienen conocimiento de los riesgos por el estireno de manera que tomen precauciones apropiadas.

«Si el estireno se sacara del mercado, los trabajadores perderían sus empleos” dice Wright. “Nuestra filosofia básica es que si un material tiene valor social, el trabajo es usarlo con seguridad”

Por muchos años, la idea de que las personas tienen el derecho de saber acerca de materiales peligrosos, ha llegado hasta los hospitales, a las reuniones sindicales, hasta a los blogs alrededor del país. Gracias a que hay más atención del público a estos riesgos diarios por las sustancias químicas, tambien se está tratando de encontrar alternativas mejores a estas sustancias químicas tóxicas, un fenómeno conocido como “selección de productos” algo temido por mucho tiempo por la industria química.

Hoy, muchos estados y hasta algunas compañías como Walmart han respondido a la demanda del consumidor para descartar sustancias químicas tóxicas como el Bisfenol A o BPA, al que se le atribuye cambios de comportamiento y físicos en bebés y niños. En el verano del 2011, el Comité del Senado en Trabajos Públicos y de Medio Ambiente, dió un paso adelante votando en favor de la La Ley De Seguridad de las Sustancias Químicas, una ley pionera de regulación, que obligaría a la manufactura a probar que las sustancias químicas son seguras antes de ponerlas en el mercado. Esta ley está siendo promocionada por una creciente lista de consumidores, profesionales de la salud, pequeños comerciantes y hasta la Oficina Gubernamental de Responsabilidad, una rama del Congreso que si desea esta reforma.

A través de este crucial primer paso, la ley de Seguridad de las Sustancias Químicas, debe trabajar en contra de la industria química y de sus aliados legislativos antes de que se convierta en ley. Actualmente no hay ningun co-pratocinador Republicano(a).

«Esta lucha trata acerca de salvaguardar a todos los estadounidenses de las sustancias químicas tóxicas y asegurar que se proteja a los trabajadores y a la población vulnerable que enfrenta esta desproporcionada exposición” dijo Andrea Delgado, representante legislativa de Earth Justice, quien trabaja con la coalición nacional de reforma a la regulación química llamada “Químicos Más Seguros, Familias Saludables”.

«La industria quiere protejer sus productos en el mercado, sin considerar las ciencias y a expensas de la salud pública. Pero no podemos esperar muertes antes que estos peligrosos químicos sean sacados del mercado”.

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