Read article from The Guardian here
Monsanto, otras “agribusiness” y compañías de alimentos han gastado más de 45 millones de dólares para impedir que pase la medida del estado de California, la que requeriría el etiquetado de algunos alimentos genéticamente modificados (GM o transgénicos). La medida llamada Proposición 37 es una de las más disputadas en las balotas de California este martes día de elecciones (USA)
Si pasa, obligaría el etiquetado de los alimentos GM vendidos en los supermercados, pero no cubriría los restaurantes. Tiene algunas ambigüedades, por ejemplo la ley no etiquetaría las carnes de animales alimentadas con maíz GM. Aún con esas limitaciones, el “agribusiness” y las compañías de alimentos han quintuplicado esfuerzos para eliminar esta propuesta, solo Monsanto ha gastado más de 8 millones.
“Creo que esta es la historia de David vs Goliat, con las compañías que manufacturan o se benefician de alimentos GM haciendo de Goliat”, dijo David Newman, presidente de Maplight, una organización que sigue el rastro del dinero influyendo en la política.
“Cuando ves este gasto irregular indica que la medida es popular con los votantes y quienes se oponen tienen que gastar mucho para eliminarla. Hay mucho en juego, no sólo en California sino también define cual será la tendencia en el resto del país.”
La iniciativa de la medida en California tiene una enorme importancia. Frecuentemente es un laboratorio para nuevas ideas, que luego son adoptadas por el resto del país. La ley está siendo promovida por compañías de alimentos orgánicos aunque el actor Gwyneth Paltrow ha contribuido también con 15,000 dólares la campaña.
Quienes apoyan la ley argumentan que los consumidores tienen el derecho a saber si están comiendo alimentos GM. Los que se oponen, en su mayoría corporaciones como Monsanto, Dupont, Pepsico y Nestle dicen que las etiquetas será otra preocupación para los vendedores y que obligara a subir los precios. Otros apoyan la idea del etiquetado pero argumentan que esta iniciativa no está muy bien redactada.
El etiquetado podría tener un extenso efecto en la industria estadounidense de alimentos. Cerca del 90% del maíz y la soya sembrada en EEUU es GM. Otros cultivos masivos incluyen la canola y el azúcar de remolacha (betabel/beterraga) que también tiende a ser GM.