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Han ocurrido una serie de descarrilamientos de trenes recientemente. Un tren de Washington a Spokane derrama toneladas de carbón y polvo. Otro tren de carga de carbón cerca de Chicago colapsa un puente matando a un pasajero de un carro que pasaba por debajo. Otro en Pendleton Texas, derrama carbón de 43 vagones. No parece haber habido mucha sangre derramada pero si se nota el aumento del tráfico de carbón en esas regiones. La demanda ya no es doméstica, el carbón se transporta de Montana y Wyoming hacia las economías asiáticas emergentes.

Existen seis propuestas de proyectos para terminales de exportación de carbón en el Noroeste Pacifico de EEUU, si se llegan a construir, las regiones de Washington y Oregón tendrán aún más tráfico por la transportación del carbón. Unos 9 viajes de ida y vuelta, según la ONG Coal Train Facts (Lo que se Debe Saber de los Trenes de Carbón). Cada tren será de milla y media de largo y tendrá de 125 a 150 vagones.

El sentido común nos dice que a veces los trenes se descarrilan, cuantos descarrilamientos más habrán cuando se incremente el tráfico?. Los recientes descarrilamientos son ya señales de precaución acerca de los riesgos a los que se enfrentaran las comunidades del Noroeste Pacifico.

El grupo de abogados de la ONG Earthjustice (Justicia para el Planeta Tierra), quien aboga por problemas medioambientales, presidido por Jan Hasselman de Seatle, está tratando de detener el desarrollo de estos terminales de exportación. Ya había detenido el primer intento de construir un terminal en Longview Washington, y recientemente ha enviado una carta a los ingenieros de la Armada de EEUU, pidiéndoles que conduzcan una evaluación de impacto ambiental para examinar los impactos nefastos que conllevaran la propuesta de construcción de terminales de exportación de carbón.

Se espera que haya una consideración seria en detener la construcción de estos terminales luego de estos accidentes, pues un descarrilamiento en áreas populosas como Seatle podría constituir un enorme desastre.