El Suceso Global de la Quinua Crea un Dilema en su Tierra


Read article by Simon Romero y Sara Shahriari from the New York Times here

LA PAZ, Bolivia — Cuando los científicos de la NASA buscaban hace unas décadas un alimento ideal para las largas misiones espaciales, encontraron una planta andina llamada quinua. Con un excepcional balance de amino ácidos, declararon que la quinua no tiene competencia en el mundo vegetal o animal debido a sus sustentables nutrientes.

Pero mientras los bolivianos han comido quinua por centurias, el grano apenas ha sido una curiosidad fuera de los Andes por años, disponible sólo en tiendas especializadas en salud y estudiada por algunos investigadores hasta hace poco.

Hoy la demanda de la quinua se ha incrementado en los países ricos, según como los norteamericanos y europeos fueron descubriendo este “cultivo perdido” de los Incas. Este éxito ha ayudado a incrementar las ganancias de agricultores en uno de los países más pobres del hemisferio. Pero ha traído un problema: cada vez menos bolivianos pueden comprar quinua, reemplazada por alimentos baratos y procesados, acrecentando los temores de malnutrición que este país ha combatido por tanto tiempo.

Esta alteración ofrece un vistazo a las consecuencias del alza global del precio de los alimentos y de los cambiantes hábitos alimenticios en las naciones prosperas y en desarrollo. Mientras que los precios de la quinua se han triplicado en los últimos cinco anos, el consumo de la quinua en Bolivia ha caído un 34% en ese mismo periodo según el Ministerio de Agricultura de Bolivia.

El dilema resultante: los agricultores locales ganan mas, pero menos bolivianos obtienen los beneficios nutritivos de la quinua, lo que preocupa a los nutricionistas y al gobierno en busca de soluciones.

“Como se exporta, la quinua es hoy demasiado cara”, dice María Julia Cabrerizo, nutricionista del Hospital público de Clínicas. “No es un alimento que se consume en masa como los fideos o el arroz”

Quinua, una planta domesticada hace miles de años en las altas planicies de Bolivia, conocida más como un grano, es realmente un chenopodium, familia de las remolachas o la espinaca. Sus semillas tienen un aroma delicado a nuez, y cuando se cuece se torna transluciente.

Mientras los Incas alimentaban con quinua a sus guerreros, ha sido hace poco que los agricultores bolivianos con ayuda de organizaciones estadounidenses y europeas han empezado a cultivar quinua para exportación.

El enfoque en los mercados extranjeros han alterado la vida de lugares remotos como Salinas de García Mendoza, una comunidad al borde de las salitreras al Sur de Bolivia donde se produce. Lideres agrícolas alegan que el crecimiento en las exportaciones de la quinua han mejorado los estandares de vida que en otras áreas donde también se cultiva la quinua.

“Antes de que subiera el precio de la quinua al actual, la gente viajaba a Argentina o a Chile en busca de trabajo”, dice Miguel Choque Llanos, director comercial de la Asociación Nacional de Productores de Quinua. Ahora estos precios también han hecho que la población retorne a sus terrenos del campo durante los periodos de sembrío y cosecha.

Pero hay razones preocupantes. Aunque la malnutrición ha bajado a nivel nacional en los últimos años, gracias a eficaces programas de bienestar social, la nutricionista Cabrerizo, dice que últimos estudios muestran que la malnutrición crónica ha crecido justamente en áreas donde crece la quinua, incluyendo Salinas de García Mendoza.

En Salinas de García Mendoza y en otros lugares este cambio se debe al alza del precio de la quinua cada vez más destinada a la exportación.

“Adoro la quinua, pero está ahora fuera de mi alcance” dice Micaela Huanca de 50, una vendedora ambulante de un tugurio de la capital La Paz. “Apenas la veo, me voy”

Oficiales del gobierno del Presidente Evo Morales dicen que el cambio en las preferencias alimenticias y la habilidad de poder comprar alimentos procesados (más baratos) juegan también un papel.

“Tiene que ver con la cultura alimenticia, los niños ya no quieren quinua tostada, prefieren pan blanco” dice Víctor Hugo Vásquez, vice ministro de desarrollo rural y de agricultura. “Si les das una bebida hecha de agua hervida con harina de quinua y azúcar, prefieren la Coca-Cola.”

El que hoy se esté dejando de consumir quinua en su “propio” terreno de cultivo ha alarmado a los altos ejecutivos del mercado en EEUU, donde la quinua es cada vez más deseada por consumidores consientes en la salud.

“Es frustrante ver que algo así pase, pero es parte de la vida y de la economía” dice David Schnorr, presidente de la Corporación Quinoa de Los Ángeles, una de las más grandes importadoras de quinua en los EEUU que ha estado trabajando con los productores de quinua desde 1980.

Mr. Schnorr dice que el alza del precio de la quinua ha traído también otras preocupaciones “A $5 dólares la caja, sόlo muy pocos la pueden comprar” dijo y agregó que preferiría que el precio fuera la mitad de esa cantidad. “Siempre he sido un defensor de la expansión del mercado manteniendo los precio al punto de que más personas la prueben”

Aquí en Bolivia, oficiales del gobierno están tratando de incrementar el consumo doméstico de la quinua, aun cuando el producto no puede competir con otros alimentos. En los supermercados, una bolsa de 1,000 gramos de quinua (algo más de 2 libras), cuesta el equivalente a $4.85 (dólares), comparado a $1.20 (dólares) por una bolsa de fideos del mismo peso, o $1 dólar por una bolsa igual de arroz blanco.

El Presidente Morales ha dicho este mes que planea disponer de préstamos de $10 millones para los productores de quinua, y oficiales de salud están incorporando la quinua entre los alimentos que se otorgan a miles de mujeres embarazadas o que amamantan cada mes.

Mr. Vásquez, el oficial de desarrollo rural, dijo que la quinua también estará disponible en los alimentos destinados a las fuerzas armadas y en los desayunos escolares. “Ya está ocurriendo en varias Municipalidades” dijo “pero deseamos expandirlo”

Algunos aquí se aferran a la quinua a pesar del alto precio. Paulina Vásquez, de 52, doméstica y madre de tres hijos de alrededor de los 20, quien vive en un distrito pobre de La Paz, produce quinua en un terrenito familiar fuera de la ciudad. Ya que la quinua está muy lejos del alcance de su familia. Por eso cultivan su propia quinua, la almacenan y la preparan a mano, un proceso algo tedioso que incluye el lavado de la saponina que protege la semilla. Ms. Vásquez prepara regularmente una bebida dulce de quinua con manzana, canela y azúcar para el desayuno de la familia.

Pero ella dice que la generación más joven se está alejando de la quinua. “La gente de mi edad o más comen quinua” dice Ms. Vásquez. “La gente joven no la quiere, pero si hay fideos todo el mundo quiere, como si los fideos fueran nutritivos. Hasta mis hijos son así”.

 

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